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'Una gran época pide grandes hombres. Hay héroes desconocidos y oscuros, privados de la fama y de la gloria históricas de un Napoleón. Hoy mismo podríais encontrar, por las calles de Praga, a un hombre desaliñado que no se da cuenta de la importancia que tiene para la historia de la magna época moderna. Si le preguntarais cómo se llama, os contestaría con sencillez y modestia: 'Soy vejk...'' Así empieza una de las novelas más hilarantes y subversivas de la literatura universal: Las aventuras del buen soldado vejk. Heredero de Cervantes, Rabelais, Fielding o Sterne, en la segunda década del siglo xx el escritor checo Jaroslav Haek dio vida al entrañable y humilde soldado vejk, enrolado en las filas del ejército austrohúngaro durante la Primera Guerra Mundial. Las desternillantes y sorprendentes andanzas de este simpático pícaro moderno, estúpido y sabio a la vez, ninguneado por los estamentos militares -'La comisión me declaró oficialmente idiota. ¡Soy un idiota oficial!', llega a declarar el propio vejk-, constituyen un manifiesto antibelicista de primer orden, una proclama satírica e irreverente contra la futilidad y el sinsentido de la guerra narrada desde la óptica de un idiota genial.