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Un europeo ilustrado del siglo XVIII en África: un viaje a las profundidades del alma humana. En 1749 el botánico francés Michel Adanson desembarca en Senegal para estudiar la flora como parte de sus investigaciones para elaborar una gran enciclopedia. Permanecerá allí hasta 1753, año en que regresa a Europa.Hasta aquí los hechos estrictamente históricos. A partir de ahí, el novelista David Diop imagina la existencia de unos diarios secretos escritos por el naturalista durante su transformadora estancia africana; un dietario que, tras su fallecimiento, acabará en manos de su hija Aglaé. ¿Qué contienen esas páginas que permanecieron ocultas durante tantos años? Las experiencias vitales de un científico que viajó a África en busca de plantas exóticas y se encontró con personas; el testimonio de quien se trasladó a otro país para estudiar la naturaleza y se topó con el dolor de los seres humanos.En Senegal, Adanson conocerá a Maram Seck, una joven de la etnia wólof que se rebela contra su destino de esclava después de que su tío la haya vendido a cambio de un fusil. El botánico descubrirá una cosmovisión muy distinta a la suya, que lo transformará para siempre, y sabrá de la existencia de la isla de Gorea, donde los traficantes cargaban de esclavos los barcos con destino a América. Era la puerta del viaje sin retorno David Diop ha escrito un libro de aventuras desde una nueva óptica: la de los colonizados. A través de la mirada de un europeo ilustrado que desembarca en África, nos ofrece una espléndida novela poscolonial, que no es solo la denuncia de muchas injusticias, si no también el relato de un viaje a lo más profundo de la consciencia humana y de la comprensión del mundo en toda su complejidad.