Información Extra
Si la vida puede en ocasiones ser ingrata, en la cocina siempre hay algo bueno que esperar. Por eso la mesa es de las mejores maneras que los hombres hemos encontrado para cortejar la felicidad y celebrar el acto gratuito de existir: algunos momentos, platos, vinos y compañías nos dejan la ilusión de que, siquiera sea por un instante, el mundo está bien hecho.En un recorrido por el año gastronómico, Comimos y bebimos es una celebración de la literatura y la cocina. Mes a mes y entrada tras entrada, sea al hablar de una barra memorable o al recordar el París culinario, cada apunte y cada historia de este libro parten de la mesa para hablar sobre la vida.Con una prosa al mismo tiempo placentera y exigente, Peyró quiere dar continuidad a la gran tradición de literatura gastronómica (y etílica) de los Pla y los Luján, Salter y Liebling, mezclando erudición festiva y memoria sensual, humor y hedonismo y pasión por las letras y la mesa. El resultado es un libro que nos deja con hambre de más.«Su voz no se parece a la de ningún otro escritor de su generación, ( ) todos y todas queremos que nos sienten a la mesa de Peyró.» Jorge Bustos«Desprende magia e ironía, inteligencia y erudición.» Fernando Rodríguez Lafuente«Un escritor de la nueva generación, que ya está ahí con la rara madurez y capacidad estilísticas necesarias para perdurar.» Valentí Puig«En un país donde casi todos los escritores menores de cuarenta se parecen, Peyró parece único.» Borja Martínez (Leer)«Una prosa elegantísima.» Antonio Rivero Taravillo (Estado Crítico)«Peyró emplea una brillante prosa y todo está traspasado por un sano e higiénico sentido del humor.» Adolfo Torrecilla«Recorre los cuatro puntos cardinales del significado culinario de la existencia humana, derrochando erudición y unas dosis generosas de humor que hacen de su lectura una experiencia extraordinaria (...) No puedo evitar sentir punzadas de envidiosa admiración ante esa capacidad para elegir y colocar las palabras adecuadas en el lugar preciso, logrando así un relato vigoroso, divertido y elegantísimo.» Antonio J. Ubero«Ignacio Peyró recoge esa herencia y la moderniza, anclándola en su particular revisión de la tradición. Y cuando digo particular me refiero a propia, la de un hombre joven cuya inteligente sabiduría disimula esa juventud con un punto dandy ilustrado.» José Carlos Llop«Aunque trata un tema que a mí me interesa poco, como el de la gastronomía o la cocina, al final queda claro que esto es tan solo un pretexto para hablar de cosas mucho más importantes. Peyró es un escritor portentoso, que pertenece a esa estirpe de los prosistas que no escriben ficción pero que nadie escribe la crónica o el reportaje como ellos. Pertenece a la estirpe de Trapiello, de Umbral, de Pla, de Gómez de la Serna Es un hombre muy joven, pero erudito.» Juan Marqués«El libro trasciende lo gastronómico cuando Peyró desgrana la formación de su sensibilidad. ( ) Lo central, al fin, es contemplar el puzle de un bodegón exuberante donde se refleja una individualidad riquísima.» Jordi Amat (La Vanguardia)«Peyró vuelve a ofrecernos, envuelto en una prosa elegantísima , una muestra de su talento como escritor, en este caso gastronómico.» Luis Alberto de Cuenca (ABC Cultural)«Un libro riquísimo, y con mucha enjundia. Un festín literario, con erudición y humor de postre.» El Cultural«Este es un libro escrito desde el recuerdo, desde la evocación de aromas, paladares y compañías.» Xesús Fraga (La Voz de Galicia)«Se lee como una aventura cosmopolita y reconfortante, porque de igual manera que el primer mandamiento de la cocina es caer bien al estómago, el primero de la literatura es que no se te caiga de las manos.» Enrique Bueres (Revista GQ)«Encontramos gotas de Camba y Liebling esparcidas por las páginas del libro ( ) Es muy variopinto el calendario gastronómico y literario que nos brinda Peyró. Da gusto leer libros así.» Luis M. Alonso (La Nueva España)«Ignacio Peyró parte, en Comimos y bebimos, de la mesa y la comida para hacer un elogio de la belleza y la vida.» Karina Sainz Borgo (Zenda)«Un libro cargado de estímulos y de influjos diversos que describe y contempla el gusto y la calma de una comida, un aperitivo y un 'resopón', que explica los usos y costumbres del ritual alrededor de la mesa.» Toni Vall (Diari Ara)«Un libro que se inscribe en la mejor tradición de la literatura gastronómica donde repasa, con brillante erudición, las mesas y los platos que le han formado en sus gustos personales.» Anna Maria Iglesia (El Confidencial)«"Comimos y bebimos" es una macedonia de géneros donde caben la crónica, la glosa, el ensayo, el libro de viajes y las memorias personales del autor ( ) En sus páginas conviven, pues, el sabor de una becada con el de las últimas moras del verano, el saber enciclopédico con una anécdota impagable acaecida en el bar de una gasolinera mesetaria.» Olga Merino (El Periódico de Catalunya)«"Comimos y bebimos", hace mérito a todos los sentimientos, disfrute y sensaciones que giran alrededor de la comida, de la bebida y ese amor que le debemos al paladar y al estómago. Es el "dolce far niente" del disfrute hecho libro.» Ariana Basciani (The Objective)«Benditamente y para nuestra suerte (Peyró) ha optado por el oficio de escribir. ( ) Te hace sonreír mucho, que es virtud de escritor grande, te induce a pensar, a reflexionar.» José María de Loma (La Opinión de Málaga)«Uno de los grandes atractivos del volumen es ese estilo, rico y al mismo tiempo ligero y elegante ( ) Si hay platos que se comen con los ojos, este es un libro que se lee con el estómago, con sumo placer y digestión liviana.» Alejandro Luque (Mercurio)«Una prosa que pregona y contagia la alegría y el bienestar físico que producen los momentos de plenitud.» Ignacio F. Garmendia (Diario de Sevilla)«Una prosa limpia, con imágenes sugerentes, con lirismo a veces. Recuerda a las mejores páginas de Perucho, de Luján, de Josep Pla.» J.L. Martín Nogales (Diario de Navarra)«Un libro que ensalza el placer de comer bien, reír y celebrar la vida. Que todo va unido. Nada hay más sano.» Antonio García Maldonado (El Asombrario)«Con grandes dosis de salero y toda la descripción que las circunstancias permiten, el autor cuenta su vida en clave culinaria y enológica.» Javier Menéndez Llamazares (El Diario Montañés)