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El largo combate de una hija por escapar del control y la influencia de un padre que no es tan bueno como parece.Narrada por la protagonista desde el presente, pero articulada sobre la base de sus recuerdos de infancia, adolescencia, juventud y madurez, Clavarse las uñas cuenta la historia de la traumática relación de una hija con su padre, al comienzo de modo fragmentario, como corresponde a la memoria de la niña que fue, y después de una forma más consciente y elaborada. Desde la infancia, la narradora ha sentido terror hacia la figura de un hombre que no convive con ella pero al que ve con regularidad, un hombre muy bueno , como lo califica reiteradamente su madre, al que se supone que debe estar agradecida, por tratarse de una persona culta, atractiva y adinerada que la colma de regalos y presuntas atenciones. Con palabras que sugieren más de lo que dicen, Lucía Rodríguez describe el íntimo malestar de la hija y su evolución en el tiempo, los modos de conjurar una presencia que le angustia profundamente, el recurso a la mentira como estrategia de protección, la aparición de otro referente masculino que actúa como contrapunto y el aislamiento progresivo de su propia familia. La búsqueda de aire libre, de un entorno no opresivo donde pueda escapar del control y la influencia paterna, atraviesa varias etapas en las que la narradora pelea por emanciparse definitivamente, para cerrar una herida que condiciona su existencia como un fardo que no deja de acompañarla.